Habla el tiempo

Estáis confinados, protegiéndoos de un virus que asola el planeta y que ha colapsado al mundo, muchos han perdido lo más importante: sus vidas, otros a seres queridos de los que no han podido despedirse y la gran mayoría vuestra libertad.

Se os aconseja no salir y si lo hacéis debéis ir enfundados en mascarillas y guantes, el contacto y el afecto son peligrosos, habéis dejado de ver y abrazar a vuestros seres queridos, teméis por vuestra salud, tenéis miedo y estáis intentando con las medidas y las normas de actuación indicadas, hacerle frente, superarlo y volver a vuestras vidas.

Covid 19 es una cruda realidad, un virus que hace que se tambaleen los pilares de vuestra  existencia, y una vez más, yo, EL TIEMPO, soy necesario, con vuestra ayuda y conmigo, afortunadamente pasará, pero, ¿sois conscientes de que antes de ser sorprendidos por esta pandemia, lleváis años contagiados por un virus menos letal a corto plazo pero destructivo a la larga?: el virus de la rapidez y la falta de tiempo ha desmantelado vuestras costumbres, hábitos saludables, valores universales y hasta vuestros dormitorios, afectando vuestra salud emocional y física.

No pretendo dramatizar pero sí que abras los ojos, que seas consciente de que vives en un sistema que os genera necesidades innecesarias y que para obtenerlas, roba vuestro tiempo de vivir. Cuanto más trabajas para consumir, más productivo eres y menos tiempo dispones para ser libre.

Con ello no quiero decir que renuncies a tu carrera, tu trabajo, o tu deseo  de evolucionar y mejorar como persona, eso te dignifica y hace de este planeta un mundo mejor pero por favor no me des la espalda y observa como os habéis convertido en esclavos de este sistema que me cambia por productividad y consumo, que os arrebata el tiempo de vivir, presionados por un falso ideal de felicidad, invadidos y bombardeados por una constante publicidad que vende la falacia de una vida cómoda, feliz, perfecta, la casa perfecta, el coche perfecto, el cuerpo perfecto, ¿te suena?. Una publicidad que alimenta al virus de la rapidez y la falta de  tiempo mientras hipnotiza vuestras mentes de forma subliminal y sin hacer ruido, son los depredadores de lo que encarna vuestra aspiración más querida: la alegría de vivir.

Humano, no vivas como otros piensan que debes hacerlo.

¿Hasta dónde vais a llegar?, padres sin tiempo que adquieren cuentos de lectura resumida a un minuto, verduras y frutas ya peladas envueltas en plástico para su consumo inmediato, comida de rápido preparado en  microondas, tiempo de conversación sustituido por videojuegos, cursos para incluso poder aprender mientras duermes,…

¿Cuándo fue la última vez que te dedicaste a mirar por la ventanilla del tren en el que viajabas?, imagina que esa ventanilla es el escenario de tu vida. ¿Le dedicas la atención y el tiempo que se merece?.

Quizás este sea el momento de recapacitar, piensa qué significo para ti, qué valor me das, ¿recuerdas? soy EL TIEMPO, tu compañía imprescindible, mucho más valioso que el oro, el reconocimiento o el prestigio, si sientes que me echas de menos, que cada vez me tienes menos y te escaseo más, estás contagiado.

Vives en la cultura de la rapidez que os ha hecho olvidar la belleza de la espera de las cosas y del disfrute del momento en el que llegan, abducidos por respuestas y resultados inmediatos, os habéis convertido en máquinas de pensamiento acelerado y estímulos instantáneos, desprotegidos ante la frustración, descuidáis vuestro equilibrio emocional y lapidáis vuestra parte más espiritual,  en un sistema que me ha cambiado por producción y consumo y que prescinde del tiempo que se merecen las cosas bien hechas. Deja de huir de tu yo más elevado, no reniegues de tu poder personal, dedícate ese tiempo de calidad necesario, tu debilidad no está en ti sino en tu falta de tiempo y de escucha.

Cuando vuelvas a tu vida, no renuncies a mí, valora el romanticismo del tiempo en el proceso, ¿Qué sentido tiene vivir rápido en contra de las leyes de la naturaleza?, el Universo tiene sus propios tempos,  para que una planta germine, ha de ser plantada y recibir los cuidados pertinentes para crecer, el día no existe sin la noche, como imprescindible es el proceso de sueño que regula las funciones fisiológicas y te recarga de energía vital saludable. 

Recupera de vez en cuando el arte de no hacer nada, conduce menos y camina más, disfruta de estar a solas con tu propios pensamientos, comparte tiempo con los que te importan, dedícale tiempo a tu dialogo interno sin descuidar la llamada a ti mismo y a tu paz interior.

Si no ponéis freno a la velocidad productiva en la que vivís, si no recapacitáis y me recuperáis, devolviéndoos el tiempo robado, ese tiempo necesario para amar, sentir, vivir… muy probablemente paguéis un precio que no merezca la pena. Muchos de vosotros sufrís de estrés, ansiedad, depresión, problemas vasculares, hipertensión, vivís en la era de la rabia contenida consecuencia de entrar inconscientemente en esta rueda de la rapidez y la falta de tiempo que os atrapa y os deja sordos sin ser capaces de escuchar lo que de veras os importa y os hace felices, malgastando las horas más valiosas estando ocupados.

Y si en esta inesperada situación de pandemia me coges de la mano, recapacitas y te embarcas conmigo en un viaje sin retorno con destino a recuperar el equilibrio del tiempo y te planteas la posibilidad de liberarte de las cadenas de la rapidez, del asumir más tareas, más compromisos que no son más que una estrategia de distracción para que percibas el tiempo que le restas a tu vida. Pregúntate: ¿En qué crees que te beneficiaria encontrar ese equilibrio?, ¿Qué puedes hacer que dependa de ti para lograrlo? Escríbelo y ponlo en un lugar donde puedas verlo, escribir te ayuda a esclarecer y drenar la mente y tenerlo a la vista a recordarlo. 

¿En qué te beneficiaría y cómo puedes encontrar tus propios tempos entre el trabajo y tu vida? Ten presente que la vida se vive una vez y que no tienes una segunda oportunidad de vivirla, al menos con ese cuerpo o bajo esa piel, depende de ti, atrévete a  generar un compromiso personal contigo y toma conciencia de los obstáculos y recursos de los que dispones para hacerlo, ¿cómo lo vas a hacer? y ¿cuándo vas a ponerte en marcha? Anótalo y mantenlo también a la vista. 

Soy EL TIEMPO que te vio nacer y crecer, un amigo fiel, que siempre ha estado a tu lado, celebrando tus mejores momentos y acompañándote en los difíciles, un compañero que quizás has ido alejando de ti y del que cada vez prescindes más, por ello lo que deseo comunicarte y transmitirte es que crees en ti una actitud abierta a la posibilidad de que volvamos a ser inseparables, no tienes por qué hacer nada distinto en tu vida en este momento, sencillamente que me consideres como uno de tus bienes más preciados y me protejas, haciéndolo también te protegerás a ti, quisiera que tomases conciencia de mis palabras, que abrieras el baúl que guarda tus sueños, tu inquietudes y tus recuerdos conmigo, EL TIEMPO natural que merece una vida vivida y decirte que tal vez, sólo tal vez esto pueda representar un posibilidad para ti.

Textos y vídeos de, Greta Blanco (Reflexiones de una Coach).
Periodista, Lifecoach, formadora y conferencista. Autora del libro «Conmigo al fin del mundo». 

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