Cuando la soledad se convierte en nuestra mejor aliada.
Es cierto que el pilar principal de una relación es aprender a estar solo, la preciada soledad, no solo vale acercarte, debes disfrutar y bailar con ella.
“La soledad es maravillosa para sentir un interior potente, libre, seguro y sin necesidad”
Entrar en su círculo es complicado, da miedo, haciendo que te encuentres y reencuentres contigo mismo, y eso, a veces, asusta.
Por suerte, hoy por hoy, los formatos de relación personal han abierto paso a un amplio abanico de posibilidades, opciones que, sin compromiso, rellenan esa dimensión afectiva y sexual, tan necesaria en nuestro ciclo vital.
Nos acostumbramos a una rutina adaptada a uno mismo, una soledad que marca nuestro ritmo, ausencias de compromisos que se cronifican y se convierten en nuestro tesoro más preciado, una percepción de libertad difícil de rechazar.
Compartimos la vida con amigos, parejas sexuales, familia, cargando de amor nuestra existencia, evitando inconscientemente aquello que nos haga tambalear nuestro tinglado.
Sin embargo, de repente puede aparecer alguien que se quede, alguien con quien compartes más experiencias, complementando el puzle que compones y recompones tú mismo, y ahí, viene el miedo, el miedo a tener que desmontar tu intimidad.
Aparecen excusas y auto sabotajes varios como, “No es el momento”, “no estoy preparado”, “no eres tú, soy yo”…
El miedo a repartir y compartir amor, el miedo al cambio. Los cambios son difíciles, pero más difícil es no intentarlo y vivir pensando en que hubiera podido ser.
Algunos lo llaman egoísmo, otros lo llaman cobardía, yo lo llamo falta de conocimiento del concepto de amor.
Decir SÍ, al amor, no conlleva perder la libertad, no desaparece tu intimidad, tu espacio, tu tiempo, ni tus normas.
Nos resistimos a cambiar porque, como dice Walter Riso, la mente humana es conservadora por naturaleza.
El compromiso te hace avanzar, compartes y te adaptas. Haciendo de tu maravillosa vida, algo mejor.
Que tu compromiso contigo, y con tu crecimiento, sean tan fuertes que estés dispuesto a decir NO, sin culpa, y SÍ, sin miedo.
La vida no obliga a tener pareja, ni tampoco este articulo habla de que el compromiso es la mejor opción, nuestro principal objetivo es desbloquear ese miedo a fluir, promocionar la libertad de elegir sin necesidad, de no quedarte con las ganas por el “qué pasará”.
Debemos desconectar, el concepto de amor, con la falta de libertad. El amor no somete, ni limita.
Por eso, señor@s, rompamos con pasados que determinan, hagamos de nuestra independencia un hándicap para la elección.
Y como siempre digo, cuando llega el amor, déjalo entrar, si es amor, te hará disfrutar.
Si no tuvieras miedo, ¿Qué harías?
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