Guillermo Fornes

Obra original de la portada. Título: «Entropía 2107». Técnica: Mixta sobre papel. Medidas 40×60 cm.
Portada NJOY noviembre 2020

Guillermo Fornes (Bilbao, España, 1964)

Comenzó su carrera hace 30 años en Londres, donde estudio Fine Arts en el Kings College of Art. Ha colaborado con el Museo Guggenheim de Bilbao y trabajado con la Fundación Bilbao-Arte. Su obra ha sido presentada en galerías de arte de Europa y America .su trabajo se encuentra en colecciones públicas y privadas nacionales e internacionales.

Como punto de partida en una aproximación a la obra de Guillermo Fornes en palabras del crítico Fernando Castro Flores: «Su obra se construye sobre dos pilares, la creación de un discurso basado en la síntesis y su trabajo gestual, transmitiendo en sus distintas series una travesía a la emoción, a la innovación y experimentación en el proceso creativo.

Tengamos presente que el gesto es el significante imaginario del arte contemporáneo. Es importante tomar en consideración que la característica del gesto es que por medio de él no se produce instrumentalmente, ni se actúa, sino que, en cierto sentido, se asume y se soporta. El gesto de Guillermo Fornes, realizado con una pasión por la forma circular y convirtiendo al suporte pictórico en un suelo para la acción, está gobernado por la pasión cromática. Los fundamentos estéticos y teóricos de las series de este creador están basados en su simbolismo  y el valor del color : ya trate la cuestión de la esencia (Noum), el tiempo (Bitácora), el nacimiento (Origen), la transformación (Entropía) o la cultura (Biblioteca de Alejandría).

Sin duda, las pinturas «sedimentarias» de Guillermo Fornes son una encarnación del paso de lo paisajístico al interior, de lo descomunal a lo íntimo, conjugando ese raro lugar intermedio en el que puede manifestarse lo sublime. La actualidad de lo sublime, nombrada por Barnett Newman.

Epifanía 2
Massada
Epifanía 1

Mientras pinta practica una teoría mágica de la visión: las cosas pasan directamente al espíritu y este sale por los ojos para irse a pasear a lo concreto. Sabemos que si se pierde el tiempo de la sensación todo quedará a la deriva, aquel gesto absoluto que anunciaba el vacío en la pintura de Rothko es, en realidad, una demanda de plenitud o, mejor, un impulso hacia lo infinito como sintiera Shitao.

Todo lo que es simple, todo lo que en nosotros es fuerte, todo lo que es incluso durable, es el don del instante. Trenzados en el tejido obsesivo de las miradas tenemos la ingravidez de las formas, el fulgor, la búsqueda de purificación y anhelo de transparencia, pero también el deseo de sobriedad, manifiesto en la obra de Guillermo Fornes muy depurada, con una  fidelidad absoluta a la poesía.

Ananke
El Beso
Nubiobook

El imaginario de Guillermo Fornes revela una extraordinaria poética de la felicidad, nos atrapada con su, valga la paradoja, contundente levedad, sus fascinantes formas hacen que nos acerquemos al filo de lo inexplicable. «Todas las grandes obras –apunta John Berger-, las obras que nos esclavizan para siempre, están así́ de cerca de aquello que las inspiro». Es difícil hablar de los placeres y recónditas armonías de esas experiencias que tienen que ver con la cercanía. Hay que estar preparado para escuchar lo inaudito. Fornes es un pintor de lo diáfano, sabedor que lo más profundo es, al mismo tiempo, la piel y el aire. 

Por medio de su «imaginario acuático» realiza un intenso elogio de lo visible que parece desear a todos los que pretender cercar el mundo con palabras. Su obra, de una admirable seriedad pictórica, sedimenta un sentimiento de plenitud vital, transmite euforia. La pintura abre corporalmente el mundo y nos hace, en todos los sentidos, videntes.»

(Fotos Pedro Vikingo)

www.guillermofornes.com

instagram.com/guillermofornes

Link vídeo: Estudio

Link vídeo: Entropía

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