
En los últimos años, el cambio climático se ha convertido en un tema de conversación habitual. Lo escuchamos en las noticias, lo discutimos en redes sociales y hasta aparece en películas y series. Pero con tanta información (y desinformación) dando vueltas, es fácil sentirse perdido. Hoy quiero hablar sobre los mitos más comunes del cambio climático y contrastarlos con la realidad, de una manera sencilla y directa.
Mito 1: “El cambio climático siempre ha ocurrido, así que no es culpa del ser humano”
Es cierto que la Tierra ha pasado por cambios climáticos en el pasado, como la Edad de Hielo. Pero lo que ocurre ahora es muy diferente. El profesor Michael Mann, un reconocido climatólogo, explica que “la velocidad y la magnitud del cambio actual no tienen precedentes en la historia reciente del planeta”. En otras palabras, el calentamiento global de hoy está ocurriendo más rápido que cualquier otro evento climático natural.
La principal diferencia radica en las actividades humanas, como la quema de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas), la deforestación y la agricultura intensiva. Estas actividades emiten grandes cantidades de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono (CO2), que atrapan el calor en la atmósfera y calientan el planeta. Si bien el cambio climático es un proceso natural, el ritmo acelerado que vemos hoy tiene un claro responsable: nosotros.

Mito 2: “Los científicos no se ponen de acuerdo sobre el cambio climático”
Este es un mito que se ha repetido tanto que muchas personas lo creen. Pero la verdad es que más del 97% de los científicos climáticos están de acuerdo en que el cambio climático es real, que está ocurriendo ahora y que está siendo causado por la actividad humana. Ese 3% restante suele basarse en datos incorrectos o intereses particulares.
Una forma de entender esto es pensar en los médicos. Si 97 de cada 100 doctores te dicen que debes dejar de fumar porque daña tu salud, ¿ignorarías su consejo porque tres piensan que podrías estar bien? Probablemente no. Lo mismo aplica para los científicos: la abrumadora mayoría coincide en que debemos actuar ahora para frenar el cambio climático.
Mito 3: “Las energías renovables no son suficientes para reemplazar los combustibles fósiles”
Algunas personas piensan que depender de energías renovables, como la solar o la eólica, no es práctico. Este mito suele ir acompañado de la idea de que “les falta potencia” o que “no podemos almacenarlas”. Sin embargo, esto ya no es cierto. En países como Dinamarca y Alemania, una gran parte de la energía que se consume proviene de fuentes renovables.
La tecnología ha avanzado tanto que hoy contamos con baterías más eficientes y redes eléctricas inteligentes. Elon Musk, empresario y defensor de las energías renovables, dijo en una ocasión: “Podemos transformar completamente nuestra infraestructura energética. Lo que necesitamos es voluntad política y compromiso global”. Si bien la transición lleva tiempo, es totalmente viable y necesaria.

Mito 4: “El cambio climático no me afecta directamente”
Este mito es particularmente peligroso porque puede llevarnos a la inacción. Aunque es posible que no notes cambios drásticos en tu día a día, el impacto del cambio climático está por todas partes. Las olas de calor son más frecuentes e intensas, las sequías afectan la producción de alimentos y los desastres naturales como huracanes e inundaciones son más destructivos.
Por ejemplo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que el cambio climático afecta directamente la salud de las personas, aumentando la propagación de enfermedades como el dengue y el zika. Además, la subida del nivel del mar amenaza a comunidades costeras en todo el mundo. Todo esto demuestra que el cambio climático no discrimina: tarde o temprano, nos impactará a todos.
Mito 5: “No podemos hacer nada para detenerlo”
Es fácil sentirse abrumado cuando hablamos de un problema tan grande como el cambio climático. Pero decir que “no hay nada que hacer” es un mito peligroso. Hay mucho que podemos hacer a nivel individual, comunitario y global.
Por ejemplo, pequeñas acciones como reducir el uso de plástico, optar por el transporte público, consumir productos locales y plantar árboles tienen un impacto positivo. A nivel político, podemos exigir a los gobiernos que adopten medidas más estrictas para reducir las emisiones y fomentar las energías renovables. El climatólogo James Hansen, conocido como el «padre del cambio climático», afirma: “Todavía hay tiempo para actuar, pero el reloj está corriendo”.

Realidad: Todos somos parte del cambio
El cambio climático no es un problema de “el futuro”, ni algo que afecte sólo a ciertos países o comunidades. Es una realidad presente que nos involucra a todos. Aunque los gobiernos y las grandes empresas tienen una gran responsabilidad, nosotros también podemos contribuir.
Piensa en esto: cada vez que eliges caminar en lugar de conducir, apagar las luces innecesarias o consumir menos carne, estás marcando una diferencia. Tal vez parezcan pequeños gestos, pero si todos hacemos lo mismo, el impacto es enorme. Como dice el activista y escritor Bill McKibben, “La acción colectiva comienza con pequeñas decisiones individuales”.
Reflexión final
El cambio climático es un desafío complejo, pero también una oportunidad para repensar nuestra relación con el planeta. Mitos como los que hemos discutido pueden desviar nuestra atención y retrasar las soluciones. Sin embargo, al informarnos y actuar con determinación, podemos construir un futuro más sostenible.
Tú tienes el poder de ser parte del cambio. No necesitas ser científico ni activista para marcar la diferencia; basta con hacer pequeños cambios en tu vida y motivar a otros a hacer lo mismo. Como dijo una vez la joven activista Greta Thunberg: “No eres demasiado pequeño para marcar la diferencia”. La pregunta no es si podemos hacerlo, sino cómo vamos a empezar hoy.
Majo Bisbal
NJOY The Ecology!