Practicar el desapego

Practica el desapego con cosas materiales que solo llenan tu espacio y verás como poco a poco vas a poder hacer lo mismo con situaciones más trascendentales.

Las toxinas de la casa son:

1. Objetos que ya no utilizas.
2. Ropa que no te gusta o no utilizas hace tiempo. Ropa interior rota.
3. Cosas rotas.
4. Viejas cartas y notas.
5. Plantas muertas o enfermas.
6. Recibos y revistas viejos.
9. Zapatos estropeados.
7. Cachivaches de todo tipo que llaman al pasado.
8. Si tienes hijos, juguetes que no se usan, que no funcionan o rotos.

Con el desapego:

1. La salud mejora.
2. La creatividad crece.
3. Las relaciones mejoran.
4. Hay mayor capacidad de raciocinio.
5. Mejora el humor.

Preguntas que ayudan al desapego

– ¿Por qué estoy guardando eso?
– ¿Qué tiene que ver conmigo hoy?
– ¿Qué sentiré al liberar eso?

Separa y clasifica:

1. Para donar.
2. Para tirar.
3. Para vender.

La limpieza de adentro se refleja por fuera

1. Evita ruidos extremos.
2. Menos luces fuertes.
3. Menos colores saturados.
4. Menos olores químicos.
5. Menos recuerdos tristes.
6. Termina proyectos inconclusos.
7. Cultiva energía positiva en tu casa.

Haz una limpieza general y utiliza cajas para organización. Empieza por cajones y armarios y concluye cada pieza, haz todo a tu ritmo…

a) Basura.
b) Arreglos.
c) Reciclaje.
d) En duda.
e) Regalos.
f) Donación.
g) Vender.

Mientras ORDENES, observa lo que cambia en ti.
A medida en que limpiamos nuestra casa física, también colocamos orden a nuestra mente y corazón.

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